No existe una edad ideal para hacerlo, aunque se recomienda a partir de los 45 años.
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El Lifting Facial, o Ritidectomía, es un tratamiento de cirugía plástica facial que rejuvenece la piel del rostro y del cuello, tensando los músculos faciales y reposicionando la piel, con excelentes resultados.
También se puede combinar con otras cirugías, como la blefaroplastia, para eliminar las bolsas de los ojos o los párpados caídos, o el lipofilling facial, perfecto para recuperar los volúmenes de grasa perdidos con el paso del tiempo.
Este tipo de tratamiento busca regresar a su posición original las diferentes capas del rostro (músculos, piel y grasa) y devolver la elasticidad a la piel, con el objetivo de recuperar la expresión natural que se ha perdido.
La ubicación de las incisiones y la técnica exacta de la cirugía dependerá de cada caso en particular. En general, se esconden por dentro del pelo, y se aprovechan las líneas naturales de las orejas y el mentón para disimularlas.
Dependiendo de las zonas del rostro que sea necesario tratar, podemos hablar de:
Algunos días antes de su operación, el cirujano plástico le hará un examen preoperatorio profundo para comprobar su estado de salud, y tendrá una conversación con usted para explicarle cómo será el tratamiento en su caso en particular.
La intervención se puede realizar de lunes a sábado por las mañanas, y podrá volver a casa el mismo día.
Normalmente no hay dolor en el postoperatorio. Durante los primeros días habrá una inflamación esperable y su aspecto no será el imaginado. También puede sentir algunas zonas de la cara dormidas.
Se recomiendan los siguientes cuidados durante los primeros días:
En general hacia el quinto día notará una gran mejoría, y podrá incorporarse a sus actividades habituales a los 10 días.
Las cicatrices tardan algunas semanas más en desaparecer, pero con el tiempo serán invisibles.
No existe una edad ideal para hacerlo, aunque se recomienda a partir de los 45 años.
Después de un lifting la gravedad seguirá afectando nuestra piel al igual que antes de la cirugía. Esta intervención retarda los efectos de la gravedad a la vez que mejora el aspecto con resultados naturales.
Y aunque siempre aparentaremos ser más jóvenes que nuestra edad real, debemos tener claro que el Lifting Facial (ni ningún otro tratamiento estético), puede detener el envejecimiento.
Cada caso es único. Lo más habitual es combinar el Lifting Facial con la blefaroplastia, que permite corregir las bolsas de los ojos, la caída de los párpados y eleva la inclinación de los ojos para lograr una apariencia más joven.
También puede utilizarse el lipofilling, que es una técnica que da volumen a ciertas zonas del rostro.
Además, existen otros procedimientos de medicina estética que permiten mejorar la calidad de la piel, otorgar luminosidad y eliminar manchas y arrugas, como el láser, la medicina regenerativa, la mesoterapia de vitaminas, la carboxiterapia o el peeling médico.
Son dos procedimientos totalmente distintos y, por lo tanto, se obtienen resultados completamente diferentes.
El Bótox es una técnica ideal para disimular las arrugas de expresión. Pero no elimina la flacidez de la piel ni mejora la posición de la musculatura del rostro.
Son dos tratamientos complementarios. Los resultados conseguidos con el Lifting Facial son mucho más generales y duraderos que los obtenidos con el Bótox.
Como cualquier intervención quirúrgica siempre existe algún riesgo asociado. Pero son muy poco frecuentes los riesgos específicos en el caso del Lifting Facial. Los más frecuentes suelen ser la aparición de hematomas, una infección o una reacción inesperada a la anestesia. Como menos frecuente, puede dañarse alguna estructura del rostro que da movimiento a los músculos de la cara.
Por este motivo es muy importante que avise a su cirujano si toma alguna medicación (especialmente aspirina o vitamina E) y si tiene alguna condición médica preexistente.
Si fuma, es recomendable que evite fumar porque el tabaco perjudica el proceso de cicatrización y recuperación postquirúrgica, afectando la circulación sanguínea, y aumentando la posibilidad de que aparezca una complicación.
No. Aunque los primeros días pueden resultar molestas las sensaciones de tensión del rostro.
No. Esta cirugía busca recuperar la expresión natural.
Existen personas que son conocidas porque les ha quedado una expresión artificial a causa de intervenciones como esta. Esto se debe sobre todo al abuso de las cirugías y a la técnica utilizada.
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